Tumores oculares: Palpebrales y Orbitrarios

Tumores oculares: Palpebrales y Orbitarios

Son tumores oculares localizados alrededor del párpado o en la órbita (cavidad en la que se aloja el globo ocular).

Los tumores palpebrales son muy comunes (generalmente de acumulaciones de grasa), en su mayoría son benignos, y pueden tratarse de forma sencilla sin dejar cicatriz visible. También existe una variedad de tumores malignos que pueden afectar a la región periocular (alrededor del ojo).

Los tumores orbitarios son poco frecuentes. La mayoría son benignos y de lenta evolución. No obstante, algunos tumores malignos pueden aparecer de forma repentina, experimentando un crecimiento muy rápido. En este caso, es necesario acudir al oftalmólogo de urgencia porque se puede requerir tratamiento inmediato.

Causas de tumores oculares

Los tumores palpebrales están relacionados con la exposición solar y suelen presentarse en personas mayores de 40 años. La piel clara es un factor de riesgo muy importante. En el caso de los tumores orbitarios, muchos son de origen congénito.

Prevención de tumores oculares

Sólo en los casos de tumores palpebrales pueden tomarse medidas preventivas, como protegerse del sol con gafas y visera de ala larga que proteja la cara, especialmente aquellas personas de piel clara.

En el resto de casos es difícil actuar preventivamente, aunque es importante obtener un diagnóstico y un tratamiento precoz. En los casos más graves, el tiempo puede ser crucial para salvar el ojo, la visión, e incluso la vida del propio paciente.

Las personas con nódulos, verrugas, ulceraciones u otras irregularidades en la zona de los párpados, deben hacer un control médico especializado; por lo menos dos veces al año.

Ante un cambio en su forma, color, consistencia (sangrado, ulceración), clínica (escozor) o tamaño, se debe acudir al cirujano oftalmólogo para que realice la extirpación del tumor y posterior estudio patológico del tipo de lesión.

Síntomas de tumores oculares

Los tumores palpebrales son muy visibles y aparecen a menudo en forma de nódulo o úlcera. En ocasiones el paciente minimiza la importancia de algunos bultos de pequeño tamaño, verrugas o «granitos», que pueden estar indicando la existencia de un tumor.

En el caso de los tumores orbitarios, el paciente puede experimentar proptosis o exoftalmos (desplazamiento anterior del globo ocular), dolor, alteraciones en la movilidad ocular, desplazamiento del globo ocular o pérdida de visión producida por la compresión del nervio óptico a causa del tumor.

Los tumores malignos pueden aparecer de forma repentina y experimentar un crecimiento muy rápido sin haber ofrecido síntomas previos.

Lo prioritario es que el paciente haga seguimiento a las manifestaciones de tumores oculares como: aparición de bultos que están ubicados en la zona palpebral. Estos son como pequeñas lesiones a los que el paciente no da importancia porque van creciendo poco a poco y tampoco dan molestias. En algunos casos, pueden picar y escocer (no es lo habitual). A veces estos sangran un poquito y sale alguna costra. Constituye el típico bultito al que la gente no le da importancia porque no molesta, y cuando va al médico ya es un tumor más extenso y difícil de extraer.

En algunos casos esta lesión puede cambiar de color, entonces es muy importante que la persona vaya al oculoplástico y se realice un diagnóstico para darle un tratamiento precoz de estos tumores oculares.

Los tumores orbitarios son algo distintos, porque están dentro de la cavidad orbitaria y el paciente notará otros síntomas. Puede notar que tiene el ojo un poco más salido o desviado, o que empieza a ver doble. Normalmente, esto llama  la atención del paciente y acude antes a la consulta. Por eso, en estos casos el diagnóstico debe ser  inmediato,  ya que la lesión  puede ser maligna,  y la  característica del lento crecimiento  puede ocultar los síntomas y  tener la atención muy tarde debido a su gran tamaño.

Tratamientos de tumores oculares

El tratamiento consiste en extraer los tumores oculares a partir de cirugía de mínima incisión y, según el caso, puede ser necesaria la ayuda de quimioterapia o radioterapia aplicada en coordinación con un oncólogo.

Las lesiones malignas pueden volver a aparecer con el tiempo, en el mismo lugar o en su proximidad, por lo que es conveniente realizar un seguimiento periódico después de la cirugía.

Los tumores palpebrales pueden conllevar la extracción de una parte importante del párpado. Es por ello que el cirujano oculoplástico debe aplicar con posterioridad técnicas de reconstrucción para restablecer la apariencia y función palpebral.

Cirugía de tumor benigno.

Se trata de una cirugía de pequeña incisión. Es la extracción quirúrgica del tumor benigno generando la menor cicatriz posible. El procedimiento se realiza bajo anestesia local y en algunos casos bajo sedación.

Cirugía de tumor maligno.

Es el acto quirúrgico del tumor maligno generando la menor cicatriz posible pero asegurando la extracción total de la lesión para luego de inmediato realizar las técnicas de reconstrucción palpebral y permitir un resultado estético, funcional y óptimo.

El procedimiento se realiza bajo anestesia local y en algunos casos bajo sedación. En otros casos es necesario recurrir a la extracción de injertos de tejidos para la correcta reconstrucción del párpado.

Exenteración.

La exenteración es un procedimiento quirúrgico que consiste en extraer el contenido orbitario (parcial o totalmente) según la localización del tumor intraocular o palpebral.

Exámenes previos

  • Examen oftalmológico completo y examen de la zona palpebral y periocular.
  • Examen de fondo de ojo.
  • Se toman fotografías para valorar el estado del paciente antes y después del tratamiento.
  • Estudio patológico del tumor para ver el grado de malignidad.

Durante la intervención

  • Este tratamiento se realiza en la clínica con alta bioseguridad de forma ambulatoria.
  • Durante la operación, el cirujano extrae el contenido periocular y orbitario del paciente.

Tras la intervención

  • El cirujano coloca un protector médico en el ojo del paciente durante 24h. Luego el paciente deberá cumplir con el tratamiento que el cirujano oftalmólogo indique (antibiótico y antiinflamatorio).
  • No debe fumar, ni tomar licor.
  • Durante la primera semanas se debe aplicar hielo en la zona tratada.
  • No debe bañarse desde la cabeza. Debe cuidar que no el caiga agua al ojo.
  • También es importante realizar un reposo relativo los primeros días evitando levantar peso y hacer ejercicio.
  • No ir a sauna, ni baños turcos por 15 días.
  • Aproximadamente un mes después de la cirugía, el cirujano evalúa la correcta cicatrización del ojo. En ese momento, un técnico médico de prótesis podrá adaptar una prótesis externa en el ojo enucleado para que recupere un aspecto similar al ojo sano.
  • No debe exponerse al sol sin protección de gafas UV y visera de ala larga.

Reconstrucción Palpebral.

La reconstrucción palpebral es un tipo de cirugía que consiste en recuperar la función y anatomía de los párpados.

Exámenes previos

  • Examen oftalmológico completo y examen de la zona palpebral y periocular.
  • Tomar fotografías para valorar el estado del paciente antes y después de la cirugía.

Durante la intervención

Este tratamiento se realiza en la clínica de forma ambulatoria. Pueden realizarse con varias técnicas, según el caso de cada paciente. Las más comunes son:

  • Injertos de piel: (extrae la piel de otras partes del cuerpo y la injerta adecuadamente).
  • Injertos de grasa.
  • Blefaroplastia.

Tras la intervención

  • El cirujano coloca un protector médico en el ojo del paciente durante 24h. Luego el paciente deberá cumplir con el tratamiento que el cirujano oftalmólogo indique (antibiótico y antiinflamatorio).
  • No debe fumar, ni tomar licor.
  • Durante la primera semanas se debe aplicar hielo en la zona tratada.
  • No debe bañarse desde la cabeza. Debe cuidar que no el caiga agua al ojo.
  • También es importante realizar un reposo relativo los primeros días evitando levantar peso y hacer ejercicio.
  • No ir a sauna, ni baños turcos por 15 días.
  • Aproximadamente un mes después de la cirugía, el cirujano evalúa la correcta cicatrización del ojo. En ese momento, un técnico médico de prótesis podrá adaptar una prótesis externa en el ojo enucleado para que recupere un aspecto similar al ojo sano.
  • No debe exponerse al sol sin protección de gafas UV y visera de ala larga.

Reconstrucción de Órbita.

Este tipo de cirugía se realiza para recuperar la anatomía de la órbita ocular.

Exámenes previos

  • Examen oftalmológico completo y examen de la zona palpebral y periocular.
  • Examen de fondo de ojo.
  • Se toman fotografías para valorar el estado del paciente antes y después del tratamiento.
  • Examen patológico de la muestra extraída para su estudio y posterior tratamiento.

Tras la intervención

  • El cirujano coloca un protector médico en el ojo del paciente durante 24h. Luego el paciente deberá cumplir con el tratamiento que el cirujano oftalmólogo indique (antibiótico y antiinflamatorio).
  • No debe fumar, ni tomar licor.
  • Durante la primera semanas se debe aplicar hielo en la zona tratada.
  • No debe bañarse desde la cabeza. Debe cuidar que no el caiga agua al ojo.
  • También es importante realizar un reposo relativo los primeros días evitando levantar peso y hacer ejercicio.
  • No ir a sauna, ni baños turcos por 15 días.
  • Aproximadamente un mes después de la cirugía, el cirujano evalúa la correcta cicatrización del ojo. En ese momento, un técnico médico de prótesis podrá adaptar una prótesis externa en el ojo enucleado para que recupere un aspecto similar al ojo sano.
  • No debe exponerse al sol sin protección de gafas UV y visera de ala larga.

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