La carnosidad en los ojos o el Pterigión, es un crecimiento anormal por inflamación del tejido de la conjuntiva. Es cuando aparece un tejido fino y transparente que cubre la superficie externa del ojo. Con el tiempo se puede extender hacia la córnea y llegar a interferir con la visión. El pterigión se desarrolla generalmente en el lado del ojo más cercano a la nariz, pero pueden desarrollarse también en el lado más cercano a la oreja, y pueden afectar uno o ambos ojos.
Algunos pterigión pueden tornarse rojos e inflamados y otros, pueden llegar a ser grandes y gruesos, produciendo sensación de cuerpo extraño en el ojo. Si el pterigión es lo suficientemente grande, puede afectar la forma de la superficie de la córnea, causando un astigmatismo.
Causas
Se desconocen las causas exactas de su crecimiento, sin embargo, los factores más comunes que contribuyen a su aparición son:
- Exposición a elementos ambientales como el viento, el polvo, la suciedad, el calor, el aire, la sequedad y el humo.
- Exposición excesiva a radiación ultravioleta del sol.
- Poseer el trastorno del ojo seco.
- Interrupción de sueño por periodos prolongados de tiempo.
En teoría, la razón para que crezca un nuevo tejido conjuntivo en dirección a la córnea, es que los factores anteriormente mencionados tienden a evitar un correcto lubricado del ojo por parte de la película lagrimal, lo cual ocasiona sequedad y posteriormente irritación en esa zona, como resultado nace nuevo tejido conjuntivo que se superpone al irritado ocasionando el pterigión. El problema es que la elevación impide nuevamente el correcto accionar de la lágrima, haciendo crecer el pterigión.
Síntomas
Muchas personas con un pterigión leve quizás no experimenten síntomas ni requieran tratamientos. Pero los pterigiones grandes o en crecimiento a menudo causan una sensación como si tuvieran arena, picazón, ardor o la sensación de tener algo en el ojo. También, este pterigión con frecuencia se inflama, ocasionando un aspecto poco atractivo en los ojos enrojecidos.
Prevención
La manera más fácil de prevenir el pterigión es con la protección solar que brindan las gafas con filtro ultravioleta, junto con el uso de gorra o sombrero con la vicera que cubra la frente y los ojos. En un medio ecuatorial la intensidad de la radiación solar es más intensa entre las 10:00 y las 15:00. Por eso se recomienda en lo posible protegerse del sol entre esas horas. El uso de lubricantes oculares en gotas o gel para personas expuestas a temperaturas o ambientes irritantes también es recomendado.
Tratamiento
No existe tratamiento médico, local o general, que haga desaparecer dicho tejido; el uso de lubricantes oculares y algunas gotas con corticoides solo ayudarán a disminuir la sensación de cuerpo extraño del paciente. Sin embargo, existe la posibilidad que el pterigión produzca más molestias y siga aumentando su tamaño hasta impedir la visión. La manera de desaparecer el tejido es recurriendo a cirugía.
Las cirugías con injerto tisular son las más efectivas para que el pterigión no vuelva a aparecer, ya que cuando el médico extirpa solamente el tejido y deja el lecho del crecimiento expuesto, hay cerca del 80% de posibilidades que exista un nuevo desarrollo de pterigión.
Sin embargo, existen nuevas técnicas quirúrgicas que extirpan el crecimiento y luego cubren el lecho con tejido con excelentes resultados estéticos. Hay tres tipos de cirugías con injerto tisular: la cirugía con autoinjerto conjuntival (AIC), con trasplante de membrana amniótica (TMA) y el Tissel (fibrina autóloga) una técnica innovadora, indolora, estética y sin necesidad de usar puntos en la conjuntiva.
En Oftalmolima, el Dr. Mauricio Miranda, viene realizando más de 2.500 cirugías con el uso del Tissel (fibrina autóloga) sin recidiva y gran éxito post-operatorio.
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