Los lentes de contacto son lentillas que se colocan sobre la superficie de los ojos para obtener una corrección óptica; es un medio seguro siempre y cuando se sigan las recomendaciones del oftalmólogo. Si no tomamos en cuenta estas sugerencias, aumentaría el riesgo de sufrir una queratitis por lentes de contacto.
La queratitis es una enfermedad ocular que se manifiesta con una inflamación que afecta la córnea. Puede estar originada por múltiples causas, una de las más frecuentes es una infección bacteriana o por virus. Suele producir intenso dolor ocular, enrojecimiento en el ojo, lagrimeo y fotofobia (rechazo a la luz intensa).
En ocasiones se forman úlceras en la córnea que pueden llegar a ser graves. También pueden ocasionar disminución en la agudeza visual por alteración en la transparencia de la córnea. Las personas que utilizan lentes de contacto son más propensas a presentar queratitis de origen infeccioso por el uso inadecuado.
Cuando una persona desea usar lentes de contacto medicado es esencial que un oftalmólogo realice el diagnóstico y la indicación del uso adecuado. Existen varias marcas y modelos, se debe elegir el que mejor se adapte a nuestros ojos. En estos casos es necesario un control médico especializado anualmente.
Uso de lentes de contacto
Para evitar la Queratitis o cualquier otra enfermedad ocular, se debe practicar el uso correcto de los lentes de contacto:
- Se deben utilizar durante el día con horario establecido.
- No se debe utilizar para dormir.
- Lavarse muy bien las manos antes de colocarse y sacarse los lentes de contacto.
- El material de los lentes de contacto deben ser tolerados por los ojos. De lo contrario, podría causar sequedad ocular y generar el ojo seco.
- Se debe cuidar con esmero el estuche de los lentes de contacto.
- No utilizar soluciones que no sean las medicadas.
Tipos de Queratitis
En caso de infección es importante detectar el causante patógeno a través del examen y cultivo en el laboratorio para el correspondiente tratamiento médico oftalmológico:
- Queratitis por bacterias: la falta de higiene suele originar estas infecciones, siendo la pseudomona una de las más peligrosas. El tratamiento de la queratitis bacteriana se realiza con antibióticos oculares.
- Queratitis por virus: el más frecuente es el virus del herpes debido a la mala costumbre de frotarse los ojos. En estos casos el tratamiento de la queratitis será con antivirales.
- Queratitis por hongos: se origina por un mantenimiento inadecuado de los lentes de contacto dentro de los estuches (el estuche mantiene humedad y este es el medio de proliferación de hongos por el inadecuado hábito de higiene). El tratamiento de esta queratitis infecciosa puede tardar más en curarse y requiere el uso de antifúngicos oculares.
- Queratitis por otros microbios: uno de los más peligrosos es la acanthamoeba.
No es habitual que existan enfermedades oculares utilizando lentes de contacto. Sin embargo, cuando los utilizan mientras se sumergen en la piscina, lago, río y mar; hay grandes posibilidades de contraer una infección ocular. También es grave utilizar los lentes de contacto dentro de las saunas, baños turcos, etc.
Todos estos microorganismos pueden causar estragos en la superficie del ojo. Para evitarlo debemos acudir al oftalmólogo. Observemos los primeros síntomas en nuestros ojos como:
- Enrojecimiento.
- Visión borrosa.
- Lagrimeo.
- Secreciones blanca y amarillenta.
- Molestias oculares.
- Dolores de ojos y/o cabeza.
Si queremos un tratamiento natural para la queratitis debemos consultar al oftalmólogo, ya que un tratamiento doméstico (té de manzanilla u otro preparado) puede hacernos perder el tiempo y provocar que la infección empeore.
Tratamiento de la queratitis por lentes de contacto
Es muy importante no automedicarnos y acudir al oftalmólogo lo antes posible, ya que las consecuencias pueden ser graves. Si existen cicatrices o úlceras la persona podría llegar a un trasplante de córnea. En el peor de los casos el paciente podría quedar ciego o con muy baja visión.
Antes de comenzar el tratamiento de la queratitis se sugiere tomarse una muestra de la secreción para realizar un cultivo e identificar el microbio o agente patógeno. Luego, en base a los resultados del examen de microbiología ocular, el oftalmólogo recetará el tratamiento correspondiente al caso.
Lo ideal sería que la Bióloga someta al paciente a la prueba de laboratorio para obtener el suero autólogo.
Este suero autólogo es un colirio preparado a partir del plasma de la sangre del mismo paciente. No contiene ningún tipo de conservantes ni antibiótico para evitar problemas de toxicidad sobre la superficie ocular. Por este motivo, es fundamental que siga correctamente las instrucciones del oftalmólogo con el objeto de mejorar el problema.
Es importante recibir las indicaciones correctas de la bióloga para la conservación del suero preparado y aplicar correctamente en los ojos. Este procedimiento puede suministrar 5 frascos de plasma de 10 ml cada uno y tener un tratamiento personalizado óptimo para un mes de uso.
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